Toyohara Kunichika, Hiyoshimaru
Hablamos del amor fati, del amor al propio destino. De las dos moiras de Aquiles: vivir muchos años, casado y con riquezas, o morir en Troya. De la elección de Aquiles: morir como un guerrero, para “llegar a ser quien es”. También, de que los personajes se consituyen hacia fuera, no sabrán quiénes son luego de una reflexión interior, sino que los otros les darán signos, como pistas de un juego en el que, quien gana, "llega a ser quien es". El juego épico, heroico. El camino de EL HOMBRE, el camino del héroe.
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En otro blog, con esta misma imagen, escribí sobre un concepto de Jacques Lacan:
El ágalma es ese objeto al que el sujeto cree que apunta su deseo. Pero no.
“Ocúpate de tu alma... Debes saber que lo que persigues no es más que aquello con lo que otro hará, más tarde, tu alma, a saber, tu imagen. Debes percibir que la función de este objeto no es de meta, sino de causa mortal, y haz tu duelo por este objeto. Este no es más que tu imagen”.
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